El viernes 6 de mayo, se realizó el Encuentro Nacional de la Mesa de Organizaciones Sociales por el derecho a la educación en el Ministerio de Educación de la Nación.
En la apertura las autoridades nacionales y las organizaciones convocantes: CARITAS Argentina; Fundación de Organización Comunitaria (FOC); Fundación SES; Unión de Trabajadora/es de la Economía Popular (UTEP); Movimiento Nacional de CHICOS DEL PUEBLO; INTER-REDES; Fundación ISLA Maciel, compartieron los objetivos de la política educativa en la etapa actual. Un eje importante fue la necesidad de revinculación escolar de las y los chicxs que abandonaron la escuela durante la pandemia y el rol fundamental de las organizaciones sociales en estas circunstancias. En los paneles se revisaron las desigualdades sociales y educativas preexistentes a la pandemia, señalando el impacto en las trayectorias educativas de quienes vieron vulnerado su derecho a la educación.
Se elaboro un documento que expone la necesidad de seguir trabajando por la justicia social y educativa con articulaciones locales y revalorizando a las comunidades en territorio:
Escuela y comunidad: por el derecho a la educación
“… La pandemia del COVID-19 provocó una situación inédita que trastocó todas las esferas de lo social y en particular, la escolar. Las desigualdades sociales y educativas, previas a la emergencia sanitaria, se han profundizado y es deber del Estado Nacional extremar las medidas para garantizar el acceso efectivo a la escuela de las y los estudiantes de manera integral e igualitaria…”.
Las desigualdades sociales y educativas pre-existentes a la pandemia se agudizaron y visibilizaron. Su impacto se observa en las trayectorias educativas de quienes, en situación de mayor desventaja, ven vulnerados su derecho a la educación.
Las organizaciones sociales hemos cumplido un papel clave en estas circunstancias excepcionales, planteadas por la pandemia, acompañando a las familias en circunstancias muy difíciles y dolorosas. Representamos una referencia en el territorio y participamos activamente en los procesos de re-vinculación social y educativa y en el acompañamiento de las trayectorias escolares. La experiencia desarrollada desde el Ministerio de Educación de la Nación, entre los años 2010 y 2015, a partir de la Red Estudiar es tu Derecho, es una referencia que valoramos y a partir de la cual retomamos este espacio de trabajo conjunto.
La importancia de nuestra tarea radica en las condiciones de proximidad y confianza que se logra en el trabajo cotidiano con las familias. Y reconocemos en la escucha, el lugar de encuentro y el ejercicio de la palabra, que sucede en el espacio comunitario, un punto de partida para la re-vinculación escolar. Pero a su vez, las organizaciones sociales y comunitarias contribuimos al diseño y ejecución de las políticas públicas en el territorio.
Las consecuencias de la pandemia, que aún se está transitando, tienen consecuencias directas sobre los procesos de enseñanza y aprendizaje y afecta a los más débiles. Esta situación, permite reflexionar sobre el lugar de la escuela y los cambios que requiere la dinámica y el formato escolar actual, particularmente en el nivel secundario.
Es posible y necesario promover un proceso de transformación de la escuela a partir de la experiencia reciente; con espacios vinculantes y sistemáticos y una participación efectiva de la comunidad. Encontrar en la escuela un lugar para la atención de necesidades e intereses de niños, niñas y adolescentes y sus familias, dar un “color” diferente a la escuela y alojar el “dolor social”.
Necesitamos el acompañamiento del Estado para fortalecer las experiencias desarrolladas en espacios educativos y comunitarios: tanto los que acontecen en las organizaciones sociales como en las familias y en las propias instituciones escolares. Creemos necesario y posible llevar al espacio formal de la escuela, perspectivas y metodologías más cercanas a los intereses de niños, niñas y adolescentes alojando la diversidad social y educativa.
Resulta ineludible, tomar en consideración el contexto en donde estas trayectorias se desarrollan y las condiciones y factores que inciden en la intermitencia, la discontinuidad, el ausentismo y abandono escolar y que son previas a la pandemia: la pobreza y desigualdad persistente; el embarazo en la adolescencia; la maternidad y paternidad siendo estudiantes; niños, niñas y adolescentes que se encuentran en situación de trabajo infantil o a cargo de tareas de cuidado; condiciones habitacionales precarias y/o de riesgo, entre otros factores.
En este esfuerzo conjunto, es necesario ampliar la frontera de la escuela incluyendo las diferentes formas que adquiere la educación social y comunitaria. Rescatar el carácter educativo de estas experiencias y su incidencia en el fortalecimiento de las trayectorias y en la ampliación del universo cultural.
La relación escuela – comunidad contribuye decisivamente a los objetivos de re-vinculación educativa. Para ello, resulta necesario identificar a los actores sociales que se desempeñan en la comunidad y el territorio. Este reconocimiento otorga entidad y visibilidad a las organizaciones sociales y es necesario para legitimar su participación. La experiencia desarrollada, en gestiones pasadas, a partir de las mesas socioeducativas locales también incluyen la valiosa participación de los gobiernos locales en esta materia.
Para multiplicar los esfuerzos conjuntos – escuela, familia y comunidad – se requiere una mayor institucionalización del vínculo, ya existente, entre organizaciones sociales y escuelas y el reconocimiento a la trayectoria de trabajo que desarrollan educadoras y educadores comunitarios desde hace ya varias décadas en nuestro país.
La convocatoria y participación de las organizaciones sociales en los procesos de re-vinculación educativa implica reconocer las lecciones ya aprendidas. Las múltiples articulaciones ya existentes, entre la escuela y el territorio, requieren criterios comunes y pautas de trabajo para potenciar y ampliar las mejores prácticas y experiencias poniendo el eje en la condición de corresponsabilidad educativa, tal como establece la Ley Nacional de Educación.
En este escenario resulta clave robustecer la AUH como política con alcance nacional que impacta en la población afectada particularmente por las desigualdades que incrementó y profundizó la pandemia.
La diversidad de situaciones, posiciones y trayectorias de las propias organizaciones sociales contrasta con la homogeneidad y uniformidad del sistema educativo. En este plano, es preciso desarrollar espacios de trabajo conjunto con las jurisdicciones y el nivel de decisores intermedios del sistema.
A su vez, resulta prioritario abordar, como situación particular, la educación de jóvenes y adultos, que participan de diversas experiencias educativas tales como: Plan FINES, Bachilleratos Populares, Centros de Formación Profesional. Son también las propias organizaciones sociales quienes promueven, difunden, reciben y acompañan estas trayectorias escolares.
Las acciones socioeducativas son parte de la institución escolar y pueden fortalecerse con las acciones y proyectos que ya realizan las organizaciones de la comunidad y otros actores en un verdadero trabajo intersectorial.
El objetivo es ampliar la frontera de lo escolar. El programa “Volvé a la escuela”, aprobado por el Consejo Federal de Educación (CFE Nº404/21), tiene como propósito lograr la re-vinculación de quienes han interrumpido o debilitado sus trayectorias educativas, pero a la vez, interpela el formato tradicional de la escuela. La educación popular constituye un puente entre la escuela y la comunidad en una nueva interpretación de esta relación: menos asimétrica y más participativa.
A más de 100 años del nacimiento de Paulo Freire, las organizaciones sociales nos proponemos contribuir a esta tarea, en un esfuerzo conjunto con la escuela y las autoridades educativas para lograr la justicia social y educativa en una sociedad que nos duele por su profunda desigualdad.